Es la coexistencia entre una o varias adicciones con otro trastorno psiquiátrico.
Se estima que hasta el 50% de las personas con un trastorno de abuso de sustancias también sufren de un trastorno mental significativo. Inversamente, las personas con ciertos trastornos mentales tienen probabilidades mucho más altas de también tener una adicción.
La relación entre la enfermedad mental y la adicción es bidireccional; la enfermedad mental puede llevar al abuso de sustancias como una forma de automedicación, mientras que el abuso de sustancias puede exacerbar o incluso desencadenar problemas de salud mental.
La patología dual puede ser difícil de diagnosticar debido a que los síntomas de la enfermedad mental y la adicción a menudo se superponen. Esto puede llevar a tratamientos incompletos o inapropiados si no se identifican correctamente ambos aspectos.
El tratamiento de pacientes con patología dual es más complicado que el tratamiento de un trastorno de adicción o de salud mental por separado. Requiere un enfoque integrado que aborde tanto la adicción como la enfermedad mental de manera simultánea.
Las personas con patología dual tienen un riesgo significativamente más alto de suicidio en comparación con aquellas que solo sufren de adicción o un trastorno mental. El manejo cuidadoso de ambos trastornos es crucial para reducir este riesgo.
Las personas con patología dual a menudo enfrentan mayores dificultades en áreas como el empleo, las relaciones y la estabilidad financiera. También son más propensas a sufrir de problemas legales y de vivienda.
La efectividad del tratamiento para la patología dual mejora significativamente con programas especializados que integran servicios psiquiátricos y de adicciones, apoyados por terapia, medicación y apoyo social y comunitario.
La recuperación de la patología dual no es un evento, sino un proceso continuo que a menudo requiere cambios de estilo de vida a largo plazo y apoyo continuado para prevenir recaídas y mantener la salud mental.
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