Trastorno que se caracteriza por el uso abusivo de las nuevas tecnologías, así como del ordenador, Internet, móvil, videojuegos y redes sociales.
Esta dependencia puede tener efectos significativos tanto en la salud física como mental de los individuos.
El 27% de los adultos se considera adictos.
El 48% se ve en la necesidad de contestar inmediatamente a mensajes en redes.
Entre adolescentes suben al 72% la adicción.
La adicción a la tecnología es una condición compleja que necesita ser entendida y tratada como cualquier otra adicción. Es crucial ofrecer recursos y estrategias efectivas para ayudar a las personas a recuperar un equilibrio saludable en su vida digital y real.
Prevalencia
Hasta el 6% de la población mundial puede sufrir de adicción a internet. Entre los jóvenes, la incidencia es particularmente alta, con un notable aumento en el uso compulsivo de redes sociales y juegos en línea.
Impacto en la Salud Mental
La adicción a la tecnología se ha asociado con problemas de salud mental, como depresión, ansiedad, y TDAH. Los usuarios pueden experimentar estados de ánimo bajos, irritabilidad o ansiedad cuando no tienen acceso a sus dispositivos.
Consecuencias sociales
El aislamiento social es un efecto común de la adicción a la tecnología. Los individuos pueden llegar a preferir las interacciones en línea en lugar de las conexiones personales y reales, lo que puede llevar a la soledad y al deterioro de las relaciones personales.
Efectos en el desempeño académico y laboral
La adicción tecnológica puede conducir a la procrastinación y a la distracción, afectando el rendimiento académico en estudiantes y la productividad en adultos trabajadores.
Problemas de sueño
El uso excesivo de dispositivos electrónicos, especialmente antes de dormir, puede interferir significativamente con los patrones de sueño. La luz azul emitida por las pantallas disminuye la producción de melatonina, lo que puede llevar a insomnio y a una calidad de sueño reducida.
Desafíos en el tratamiento
Abordar esta adicción, requiere un enfoque integral que incluya terapia cognitivo-conductual, establecimiento de límites en el uso de dispositivos, y el fomento de actividades alternativas que no involucren tecnología para mejorar la salud física y mental.
La adicción a la tecnología, especialmente a los smartphones, internet y juegos en línea, se ha convertido en una preocupación creciente en la sociedad moderna.
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