La heroína es conocida por su capacidad para crear una dependencia física y psicológica rápida y profunda. Su consumo incluso en pequeñas cantidades y en un corto periodo de tiempo puede llevar a la adicción. 

La heroína es una de las principales causas de muerte por sobredosis en muchos países. A menudo ocurren debido a la depresión respiratoria que provoca, especialmente cuando se combina con otros depresores como el alcohol.

El uso compartido de agujas incrementa el riesgo de contraer y transmitir enfermedades como el VIH y la hepatitis C.

El uso crónico de heroína puede causar problemas de salud a largo plazo, incluyendo daños en el corazón, hígado y cerebro, problemas respiratorios crónicos, y deterioro cognitivo.

La dependencia física que se desarrolla es severa, y los síntomas de abstinencia pueden ser extremadamente dolorosos y difíciles de manejar sin asistencia médica. Los síntomas de abstinencia pueden incluir náuseas severas, dolores musculares, depresión intensa y ansiedad.

El uso de heroína tiene efectos devastadores en las relaciones familiares y sociales, el desempeño laboral y la capacidad general del individuo para funcionar en la sociedad.