Desintoxicación → Tiene como objetivo eliminar la sustancia adictiva del cuerpo y estabilizar al paciente. Esta etapa puede durar entre 7 y 21 días, dependiendo de la sustancia y la gravedad de la adicción.
Durante este tiempo, se realiza una evaluación médica completa para entender el estado de salud del paciente y planificar el tratamiento adecuado. El paciente es monitoreado constantemente para manejar los síntomas de abstinencia, que pueden incluir ansiedad, temblores, sudoración, náuseas, vómitos y, en casos severos, convulsiones.
En algunos casos, se utilizan medicamentos para aliviar estos síntomas y reducir los “antojos”. Además, el apoyo psicológico es crucial para ayudar al paciente a manejar el estrés y la ansiedad durante esta fase.
Deshabituación → Busca romper las rutinas de consumo y consolidar la abstinencia. Esta etapa puede durar desde unas pocas semanas hasta varios meses. Durante este tiempo, el paciente trabaja con un terapeuta para identificar las causas subyacentes de la adicción y desarrollar estrategias para enfrentarlas.
Participar en grupos de apoyo permite compartir experiencias y recibir apoyo de personas que están pasando por situaciones similares. Además, se educa al paciente sobre los efectos de las drogas y el alcohol en el cuerpo y la mente, y se le enseñan habilidades para la vida que le ayuden a mantenerse sobrio.
Se fomenta la participación en actividades que promuevan un estilo de vida saludable, como el ejercicio, la meditación y la alimentación equilibrada.
Rehabilitación → Implica aplicar las habilidades adquiridas para vivir sin la sustancia. Esta etapa puede durar varios meses o incluso años, dependiendo del progreso del paciente. En algunos casos, se recomienda vivir en un entorno controlado, donde se pueda practicar la autonomía con supervisión.
Se continúa con la terapia individual y grupal para reforzar las habilidades aprendidas y abordar cualquier problema que surja. Además, se trabaja en la reintegración del paciente en la sociedad, ayudándole a encontrar empleo, retomar estudios o participar en actividades comunitarias.
Se desarrolla un plan detallado para identificar y manejar los desencadenantes de la recaída, incluyendo estrategias de afrontamiento y redes de apoyo.
Reinserción → Implica retomar la vida social con nuevas herramientas y patrones adquiridos. Este es un proceso continuo que puede durar toda la vida.
Durante esta etapa, se realizan visitas regulares a un centro ambulatorio para recibir apoyo continuo y monitorear el progreso. Se fomenta la participación en grupos de apoyo para mantener la sobriedad. Además, se ayuda al paciente a establecer y alcanzar metas personales y profesionales, promoviendo un sentido de propósito y logro.
-Dentro del proceso de desintoxicación, hay que tener en cuenta el fenómeno conocido como la “nube rosa”.
La “nube rosa” es un período en el que la persona se siente eufórica y optimista sobre su recuperación, generalmente después de superar las primeras etapas de la desintoxicación. Sin embargo, este estado puede ser peligroso, ya que el paciente puede subestimar la gravedad de su adicción y relajarse en su compromiso con la recuperación, lo que puede llevar a una recaída.
Para prevenir esto, es fundamental reconocer que la adicción es una enfermedad crónica que:
Estas fases y estrategias son esenciales para asegurar una recuperación exitosa y sostenible.
C/ Teruel 5-C. 28411, Moralzarzal
Diseño y desarrollo: Lacasti Estudio