Para entender mejor este fenómeno, es importante diferenciar entre cuatro términos clave: uso, hábito, abuso y dependencia.
El “uso” se refiere al consumo ocasional o experimental de una sustancia. No necesariamente implica un problema, pero puede ser el primer paso hacia patrones de consumo más problemáticos. Por ejemplo, una persona puede usar alcohol de manera social, sin que esto afecte negativamente su vida.
El “hábito” se refiere a un patrón de consumo regular. Una persona puede tener el hábito de beber una copa de vino cada noche, o de fumar un cigarrillo después de cada comida. Aunque el hábito no siempre es perjudicial, puede convertirse en un problema si la persona se siente incapaz de dejar de consumir la sustancia, o si el consumo comienza a tener un impacto negativo en su vida.
El “abuso” de alcohol u otras drogas se produce cuando el consumo de la sustancia causa daño a la persona o a otros. Esto puede incluir problemas de salud, dificultades en las relaciones personales, problemas en el trabajo o en la escuela, o problemas legales. El abuso de sustancias es un problema serio que requiere atención y tratamiento.
Finalmente, la “dependencia” es el estado más grave de consumo de sustancias. Una persona dependiente no solo consume la sustancia de manera regular, sino que también siente la necesidad física o psicológica de hacerlo. La dependencia puede llevar a la persona a consumir la sustancia a pesar de las consecuencias negativas, y puede causar síntomas de abstinencia si la persona intenta dejar de consumir.
Para concluir con estas definiciones, se podría inferir que;
El uso, hábito, abuso y dependencia, no se limita únicamente a las drogas, ya sean legales o ilegales. Estos términos pueden extenderse a comportamientos que involucran el uso excesivo y perjudicial de cualquier actividad que pueda generar una sensación de recompensa en el cerebro.
Esto puede incluir, por ejemplo, el juego compulsivo, la comida en exceso (especialmente alimentos con alto contenido de azúcar o grasa), el uso excesivo de internet o videojuegos, entre otros. Estas actividades pueden activar los mismos circuitos de recompensa en el cerebro que las drogas y el alcohol, y pueden llevar a patrones de comportamiento adictivo.
Por lo tanto, es importante que el tratamiento para el abuso de sustancias no se limite a tratar el uso de la sustancia en sí, sino que también aborde cualquier comportamiento adictivo subyacente y los problemas de salud mental que puedan estar asociados.
C/ Teruel 5-C. 28411, Moralzarzal
Diseño y desarrollo: Lacasti Estudio